La Selección Argentina realizó una presentación acorde con el compromiso que tienen estos jugadores con la Albiceleste. Dominó a Venezuela durante todo el cotejo, exhibiendo volumen de juego e identidad. Con el aura de Lionel Messi, que guió al equipo a una nueva victoria, se ratificó el gran momento que atraviesa este proceso. Porque se lograron tres puntos de visitante, que se gestaron desde la firmeza defensiva y un planteo, general, que equilibró todas las líneas.
Enfrente no hubo un rival de fuste, por eso el arco del Dibu Martínez no pasó sofocones, solamente un tiro de Soteldo (23’ST) pasó cerca del palo y el descuento de penal, que llegó al final del encuentro. “La Scaloneta” no se despeinó y encontró la llave para abrir un trámite que había arrancado con espacios para atacar y la presión constante de Argentina bien arriba.
Lionel Messi jugó libre. No estaba sujeto al 4-3-3 que presentó el entrenador. La pulga registró movimientos de todo tipo. Volviendo para atrás y arrancando bien de abajo para barajar jugadas. La marca y asfixia del dueño de casa sobre el rosarino empezó a crecer con el correr de los minutos. A los 31’ del primer tiempo, se paralizaron los corazones. Lio quedó tendido en el suelo, como consecuencia de una patada criminal de Luis Ángel Ramírez. Lo increíble de esta situación se dio por la actitud del árbitro Leodan González, que tuvo que ir a chequear la jugada al VAR para poder expulsar al defensor. Realmente, fue insólita la reacción del juez en una falta que no debía generar ninguna duda, ya que el zaguero venezolano le entró durísimo a Messi, sin contemplaciones.
Lautaro Martínez realizó una actuación de alto vuelo y lo confirmó a los 46’ de la primera parte, cuando marcó un golazo, entrando a puro toque al área, para romper el hielo. Este tanto llegó en un momento clave. Les dio aire y abrió el marcador antes de partir para el descanso. El resto de las emociones llegaron a mitad del complemento, con cuatro minutos de diferencia. A los 25’ Joaquín Correa definió cruzado tras una gran asociación entre Messi y Lautaro; y el tercero llegó a los 29’, cuando Ángel Correa pudo capitalizar un rebote, luego de otra gran jugada colectiva.
La personalidad de la Selección resaltó en las actuaciones de Di María, Rodrigo De Paul, la banca en el medio de Guido Rodríguez y Lo Celso, que contaron con las opciones de escaladas de Nahuel Molina y las apariciones al vacío del Huevo Acuña por izquierda. Argentina hizo todos los goles entrando a los toques y no sufrió sobresaltos.
Se construyó una victoria que ayuda a alimentar el anhelo mundialista. La gente se subió hace rato al barco y acompaña. Están en juego los sueños de este plantel, ya que este proceso es la concreción de esas ilusiones que vienen ideando desde la infancia. El domingo viajan a Brasil para mostrarle y hacerle brillar la estrella que ganaron en el Maracaná. Qatar es un destino inexorable, la última estación de este viaje.
