La actitud que siempre acompaña a Defensa y Justicia como un equipo protagonista, promovedor del ataque y la iniciativa se notan en los dominios tempraneros de estos partidos. Se empezó a ver la mano de Sebastián Beccacece que se encontró con el dilema de buscar un reemplazante para la gran figura de este plantel. La ausencia de Braian Romero por un problema muscular (detrás del aductor) elevó una gran incógnita.
Sin embargo, esta goleada demostró que no extrañaron al delantero. El DT metió tres cambios con respecto al equipo que igualó ante Gimnasia en La Plata. Juan Gabriel Rodriguez por Fernando Meza, Raúl Loaiza por Tomás Escalante y Tomás Martinez por Braian Romero.
El funcionamiento está dando resultados y tras una gran tarde de noche, donde la eficacia se hizo reina, crece el semblante de la plantilla porque rinden bien titulares y suplentes. Defensa afianza su plan y se adueña de los puestos de arriba.
En la primera parte el local usó su arma habitual: pegar en los momentos claves. Los dos golazos de Marcelo Benítez, a los 7’ con una verdadera obra de arte de pelota parada y a los 26’ con un sablazo de afuera del área, sentenciaron el destino del encuentro.
El criterio y la seguridad de los varelenses fue la carta de juego. Enzo Fernández, el alma de la cancha, manejo los hilos del juego, acompañado de otros grandes rendimientos. Francisco Pizzini se transformó en otros de los puntos altos. Se ganó la titularidad, logró adueñarse del puesto y lo reafirma con sus actuaciones. Un combo de asistencias, fútbol y opciones para sus compañeros.
Para la segunda etapa, el poderío del equipo de Beccacece era una realidad. Fue el dueño absoluto del complemento. El resultado comenzó a definirse cuando en una avivada de Walter Bou, robando una pelota, llegó al área y fabricó un penal, que él propio atacante concretó a los 5’. Con el 3-0 Newell’s quedó prácticamente aniquilado y le dejó hacer al Halcón a gusto.
El equipo de Kudelka, que dirigió su último partido, se jugó en ataque y resignado iba en busca del descuento, pero le salió mal. A los 11’, otra corrida de Bou desde la derecha hizo un surco en la zona defensiva leprosa y habilitó a Pizzini para poner el 4-0.
Defensa y Justicia con un plantel corto, pero lleno de constancia, sacrificio y juego, sube en la tabla a pasos agigantados. También se está transformando en un equipo duro y difícil de enfrentar para sus rivales.
En el Tomaghello hace un año que no pierde, desde el emblemático partido con Santos de Brasil donde quedó eliminado de la Libertadores (clasificándolo automáticamente a la Copa Sudamericana que conquistó), y ayer dio una muestra, plagada de goles, de lo fuerte que puede ser en su bastión.
* Periodista, especialista en Deportes.
