En 1984, tres años antes que naciera Lionel Messi, Soda Stereo con Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti sacaba a la calle el álbum “Soda Stereo” que tenía entre sus cortes uno de los recordados éxitos: “Un misil en mi placard”. Pegadizo, con buen sonido y el estilo tan particular y novedoso de esta banda que enamoró a Latinoamérica, hacía retumbar las radios con una frase: “Estaba ahí, un misil en mi placard, en mi placard…Un modelo para armar, pero nunca para desarmar…”.
El PSG podría aferrarse a las partituras de ese clásico de Soda porque es un modelo para armar, pero nunca para desarmar. Oro para fundir y desparramar por la cancha. Un conjunto en formación que su entrenador, anticipó un pronóstico impensado para los ansiosos: a Lio lo va a llevar de a poco. La Pulga debe acostumbrarse a la liga francesa, viene de una montaña rusa de emociones por la obtención de la Copa América y su salida del Barcelona.
Después de unas largas vacaciones, Messi se divide sus días entre aviones y estadios. El cuerpo, quizás le pase factura por su jet lag. ¿Cuándo descansa el rosarino? Es más difícil de descifrar que sus gambetas. El DT hizo su jugada el miércoles y tiró en la cancha a Messi, Neymar y Mbappe juntos. Los resultados no fueron los esperados, porque sorprendió el Brujas con su resistencia y juego; eclipsando el brillo de las individualidades que tiene Les Perisiens. Hubo algunas asociaciones entre los tres, sin embargo, el espectáculo estelar quedó trunco. Neymar no estuvo en su nivel más alto, Mbappe salió lesionado y el travesaño le ahogó el grito a Lio en el primer tiempo.
Este domingo 19 de septiembre se viene una nueva función por la Ligue 1 (el torneo francés) ante el Lyon en el Parque de los Príncipes. ¿Sonará la orquesta con todos los intérpretes? ¿Qué plato servirá Pochettino? Un menú con todas las figuras puede ser un excelente plan para estirar la ventaja de sus perseguidores.
El PSG afrontará a partir de ahora un calendario entreverado entre Champions League y torneo local. Todavía debe ensamblar piezas para coquetear con la gloria. Detentar poderío en nombres no se traduce en tener el equipo armado. Scaloni les prestará un rato a Lionel Messi porque próximamente la Selección Argentina tiene tres compromisos en octubre, por las eliminatorias del Mundial Qatar 2022, frente a los combinados de Paraguay, Uruguay y Perú respectivamente. El París Saint Germain no contará con el “Diez” (o el 30 según su casaca), tampoco tendrá a Ángel Di María ni a Leandro Paredes durante la primera quincena de octubre.
Lionel Messi risueño e ilusionado trata de amoldarse a esta etapa. Pochettino tiene la gran responsabilidad de “cranear” una sala de confort dentro del equipo para asistirlo y dejarlo ser. Acomodar la táctica para sacar los mejores réditos. Preparar el esquema para resaltar la figura de Lio. Hacerlo sentir tan cómodo como llegó a estar en varias etapas del Barcelona. Esas jornadas exclusivas donde fluye la magia de esa zurda. Faltan ajustar algunas piezas, y el camino parece ser más difícil de lo imaginado, la victoria del PSG no es “cosa juzgada”, va a tener que trabajar para superar a sus rivales.
“Un misil en mi placard” y la “30” en el vestuario. “Un modelo para armar, pero nunca para desarmar”.
