Son muchas las personas y las parejas que intentan concebir durante bastante tiempo, sin éxito. Si eso sucede, lo mejor es consultar con una clínica de fertilidad para entender si la inseminación artificial (IA) es la técnica adecuada para lograr un embarazo.
Pero, ¿qué es la inseminación artificial? Es un tratamiento de reproducción asistida que consiste en introducir espermatozoides dentro de la cavidad uterina de una mujer. Estos espermatozoides son previamente seleccionados en el laboratorio, para elegir a los más aptos para conseguir que se logre el embarazo.
¿Cómo es el procedimiento?
Es normal preguntarse cómo se hace una inseminación artificial. Si bien ya adelantamos que se inyectan espermatozoides en la cavidad uterina, antes de hacerlo se siguen una serie de pasos.
Espermiograma
El objetivo de este estudio es comprobar la movilidad, tamaño y densidad de los espermatozoides, para elegir al más apto para lograr la concepción una vez implantado.
Se analizan todas las muestras, tanto si proviene de la pareja de la persona que será inseminada, como si viene de un donante.
Se suele recurrir a un donante en caso de que una mujer no esté en pareja al momento de querer concebir, en los casos en los que se verifique que el semen del varón de la pareja no posea espermatozoides o que tenga enfermedades hereditarias.
Estimulación ovárica
Durante esta fase, la mujer recibirá medicación hormonal que ayudará a estimular la producción de óvulos de forma controlada. Esto se puede hacer vía oral, en pastillas o inyectándola.
Las dosis son bajas, por lo que esta estimulación es suave y tiene una duración total de entre 10 y 12 días.
Para constar tanto el tamaño como la cantidad de folículos, se le harán estudios. Cuando se llegue a la cantidad esperada, recibirá una inyección que ayudará a que el ovocito madure y se pueda continuar con la fase de inseminación.
Inseminación
Para poder llevar adelante el procedimiento con mayor facilidad, se le indica a la paciente que tome líquido para llenar su vejiga.
La inseminación propiamente dicha consiste de estos pasos:
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La mujer se debe acostar en posición ginecológica.
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Se introduce una pequeña cánula cargada con los espermatozoides a través del conducto vaginal hacia el útero.
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Los espermatozoides son depositados lentamente.
La inseminación dura no más de 15 minutos. Después de realizada es recomendable evitar cualquier situación que produzca aumento de temperatura corporal o deshidratación. Además, es importante evitar bebidas alcohólicas.
¿En qué casos se recomienda este tratamiento?
Hay varias situaciones en las que es preferible optar por una inseminación artificial frente a otros tratamientos de fertilización asistida.
Por ejemplo:
Endometriosis
La endometriosis es un trastorno que causa crecimiento de tejido que recubre el útero (endometrio) por fuera de él. Puede afectar tanto a los ovarios, como a las trompas de Falopio, por lo que dificulta el embarazo.
En casos de endometriosis leve, la inseminación artificial es una buena opción.
Tener un bebé sola o en pareja con otra mujer
En estos casos se recurre a un donante de esperma para llevar a cabo la inseminación artificial. La IA es ideal para dichas situaciones.
Alteraciones físicas
Cuando existe algún tipo de impedimento físico para que un espermatozoide sano fecunde a un óvulo sano.
Por ejemplo, cuando hay problemas para mantener una erección o algún tipo de alteración en el cuello del útero o en el moco cervical.
Infertilidad masculina
Cuando el semen de un varón no posee espermatozoides o los que tiene cuentan con poca movilidad, esta técnica permite encontrar a los más aptos para poder llevar a cabo la fecundación.
Si bien existen otros métodos de fertilización asistida, la inseminación artificial es uno de los más utilizados por su tasa de éxito de casi el 50% luego de cuatro inseminaciones. Para saber si es el tratamiento adecuado, siempre es esencial consultar con especialistas que puedan guiar hacia un embarazo exitoso.
